Una gema espiritual de gran valor, apreciada por su distintivo color violeta. Su intensidad puede variar según la concentración de hierro en su estructura. Desde tiempos antiguos, ha sido asociada con la divinidad, la protección, la sabiduría y la realeza, considerándose como el símbolo supremo de El origen de este mineral se remonta a una leyenda griega protagonizada por una doncella llamada Amethystos. Según cuenta la historia, Artemisa la transformó en una roca blanca para resguardarla del dios Dionisio, quien derramó su copa de vino tinto sobre ella mientras lloraba desconsoladamente. La amatista se dice que posee una variedad de propiedades y virtudes que pueden ser aprovechadas, las cuales detallaremos a continuación. La amatista también ayuda a dejarse llevar y a despejar la mente, atrayendo la inspiración y la imaginación. ¡No es de extrañar que sea una de las piedras energéticas por excelencia de las personas nacidas bajo el signo de Piscis, que se caracterizan por ser muy imaginativas y soñadoras. Se cree que la piedra amatista también ayuda en problemas como dolores de cabeza y migrañas, relaja nuestra mente y garantiza un sueño más profundo y reparador. En resumen, debido al equilibrio interior que transmite, ha sido llamada también piedra de la espiritualidad. Esto es gracias a que es una piedra con propiedades protectoras, que bloquean las energías negativas. El proceso de recarga de la amatista empieza cuando ya ha sido limpiada. Una vez se ha cubierto con sal, lo mejor es dejarla reposar toda la noche bajo la luz de la luna (sí es llena, mucho mejor). Por la mañana, se debe retirar de la ventana y lavarse con agua fría.